viernes, 29 de octubre de 2010

SOBREPROTECCION EN LOS NIÑOS


Una de las responsabilidades que los padres y las madres tenemos con los hijos y con las hijas es la de protegerles, o sea, cuidarles y atender sus necesidades, tanto las físicas como las de tipo psicológico.
El padre protector se describe como firme, serio y justo. Desarrolla una conducta protectora.
Sobreproteger a los niños dificulta su crecimiento y desarrollo en entornos diferentes al de su casa. Por eso, es importante que los padres tengan claro que se les debe proteger mas no crear a su alrededor una ‘burbuja’ que los aleje del mundo.

Primero es importante saber qué es sobreprotección y cómo se presenta. Se define como el exceso de cuidado y/o protección de los hijos por parte de los padres.

Este exceso de cuidado, según algunos especialistas, obedece al temor del adulto respecto al hecho de que sus hijos crezcan y comiencen a ser independientes.
Es una sensación frecuente en las madres por el vínculo que existe entre ellas y sus hijos; aunque no quiere decir que los padres no lo experimenten, pues ellos también pueden tener conductas de sobreprotección frente a sus pequeños.
La dependencia y la sobreprotección pueden llevar a mamá- hijos a conductas impensables.

Este tema tiene un transfondo sociocultural porque las mujeres siempre estamos posicionadas en roles de cuido. Las conductas inseguras en sus hijos e hijas no surgieron de la nada; la dependencia, la sobreprotección, la falta de estímulo en la independencia y los apegos enfermizos son el fruto de una vinculación enfermiza.
Los padres sobreprotectores son aquellos que se pasan horas cavilando y preocupándose de sus hijos. No es necesariamente mimar a los hijos, es una implicación emocional intensa y excesiva y que, además, conlleva la necesidad de controlar al hijo. Todo esto lleva a una dependencia tanto de los padres hacia los hijos como de los hijos hacia los padres, aunque aparentemente pueda parecer una relación estupenda, esto puede traer grandes problemas en el futuro de los hijos, que se manifestará de forma palpable en su edad adulta, aunque nadie sabrá cuales fueron las causas de esas características, que pueden llegar a convertirse en problemas de personalidad.

Un niño que ha crecido en un ambiente de excesiva atención, preocupación asfixiante o con los deseos de los padres convertidos en obligaciones o expectativas demasiado altas para la capacidad del hijo, puede encontrarse en su edad adulta con graves problemas.

¿Cómo es un niño sobreprotegido?
• Tímido
• Le cuesta alejarse de sus padres (especialmente de mamá).
• Inseguro de lo que hace y de su relación con los demás. Busca la protección de quienes lo rodean.
• Llora intensamente. Especialmente durante los primeros días de preescolar y, en algunos casos, la mamá debe ingresar al jardín para acompañar al niño mientras se acostumbra a ese nuevo espacio y a las personas están cerca de él.
• Nervioso y algo solitario. Para él es complicado relacionarse con otros niños de su misma edad y tiende a aislarse un poco.
• Dificultad en el desarrollo del lenguaje y, por lo mismo, para escribir y comprender.
• Pocas veces asume la responsabilidad de sus actos porque está acostumbrado a que sus padres lo hagan por él.
“Estimula a tu hijo para que interactúe con el mundo y sobre todo háblale claro para que se relacione con los demás, seguro de sí mismo y no se sienta relegado. Bríndale amor, disciplina y respeto”.